Planificar opciones para concretar su compromiso cristiano con el fortalecimiento de la identidad nacional desde valores cristianos
Objetivos específicos:
Implicaciones que tiene para el cristiano el compromiso personal con el fortalecimiento de la identidad costarricense.
Acciones que contribuyen al fortalecimiento de valores cristianos en la familia, la institución educativa y la cultura del entorno.
Gran frente de valores ético-sociales
2018-11-04
Estamos viviendo tiempos política y socialmente
dramáticos. En nuestra historia nunca se había
visto un odio y una rabia tan difundidos,
principalmente a través de los medios sociales.
Ha sido elegido para presidente una figura
aterradora que encarna la dimensión de sombra
y de lo reprimido de nuestra historia.
Él ha contaminado a buena parte de sus
electores. Esta figura ha logrado traer a
la luz lo dia-bólico (lo que separa y divide) que siempre acompaña a lo sim-bólico (lo que une y congrega) de forma tan avasalladora que lo dia-bólico ha inundado la conciencia de muchos y debilitado lo sim-bólico hasta el punto de dividir familias, romper con amigos y liberar violencia verbal y también física. Esta se dirige especialmente contra minorías políticas, que en realidad son mayorías numéricas, como la población negra, además de indígenas, quilombolas y otros de condición sexual diferenciada.
Necesitamos un líder o una unión de líderes, con el carisma capaz de pacificar, de traer paz y armonía social: una persona de síntesis. El presidente electo no será esta persona, pues le faltan todas esas características. Por el contrario, refuerza la dimensión de sombra, presente en todos nosotros, pero que mediante la civilidad, la ética, la moral y la religión la controlamos con la dimensión de luz. Los antropólogos nos enseñan que todos nosotros somos sapiens y simultáneamente demens, o en el lenguaje de Freud, estamos atravesados por el principio de vida (eros) y por el principio de muerte (thanatos).
El desafío de cada persona y de cualquier sociedad es ver cómo se equilibran estas energías, que no pueden ser negadas, dando la hegemonía a lo sapiens y al principio de vida. De lo contrario nos devoraríamos unos a otros. En los tiempos actuales en nuestro país hemos perdido este punto de equilibrio. Si queremos convivir y construir una sociedad mínimamente humana, debemos potenciar la fuerza de la positividad haciendo contrapunto a la fuerza de la negatividad. Es urgente desentrañar la luz, la tolerancia, la solidaridad, el cuidado y el amor a la verdad que están arraigados en nuestra esencia humana. ¿Cómo hacerlo?
Los sabios de la humanidad, sin olvidar la sabiduría de los pueblos originarios, nos atestiguan que hay un solo camino y no hay otro. Este fue bien formulado por el poverello de Asís cuando cantó: donde haya odio que yo lleve amor, donde haya discordia que yo lleve unión, donde haya tinieblas que yo lleve luz y donde haya error que yo lleve verdad. Fuente: https://www.blogger.com/u/1/blogger.g?blogID=1548388585716859141#editor/target=post;postID=5102614608038203995